El problema es que los
gobiernos de estas regiones subestiman la situación, en parte porque les
conviene. Tanto porque necesitan las tierras para cultivos o porque viven de la
exportación de madera. Muchos gobiernos hacen la vista gorda y permiten lo que sus propias leyes prohíben.
Uno de los grandes problemas
que enfrenta nuestro planeta es la deforestación. O sea que los bosques de
nuestro planeta están disminuyendo día a día. Una de las principales razones de
la deforestación es la tala ilegal.
Es cuando las madereras
cortan árboles, los transportan, los venden o compran violando las leyes
nacionales de cada país. El proceso en sí puede ser ilegal, incluyendo
corrupción para lograr acceso a los bosques, o extrayendo madera de bosques
protegidos, o cortando especies en peligro de extinción, o simplemente
extrayendo madera en exceso.
O sea que la tala ilegal
hace estragos por que no discrimina y tala árboles que son únicos de ciertas
zonas, y que pueden terminar extinguiéndose. Tampoco se preocupa si tala un
bosque nativo único en el mundo. No prestan atención si el bosque en cuestión
es el hogar de una especie animal en peligro. La deforestación contribuye a la
pérdida de la biodiversidad.
Se estima que la tala ilegal
causa pérdidas de miles de millones de dólares. Las regiones más afectadas son
el Amazonas, África Central, el Sudeste asiático, Rusia y los estados Báltico.
En Brasil el 80% de la tala
que se realiza en el Amazonas viola los controles del gobierno, o mejor dicho
el gobierno no hace nada por controlar la tala ilegal. En Bolivia pasa lo mismo,
también con un 80%. En Colombia se da un 40%. Y esto se repite en África, según
estudios de la WWF, y también en Rusia.
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